ESPAÑOL ABAJO. Wendi, a single mother seeking asylum from Guatemala, played a central role in ASAP’s CASA v. Mayorkas lawsuit that led to over 150,000 asylum seekers being able to work legally and get a Social Security number. Having a work permit in the United States unlocks access to driver’s licenses, health insurance, and other critical resources.
When Wendi arrived in the United States in 2019, she said “a friend told me to join one of ASAP’s online communities that help asylum seekers.” On the friend’s advice, Wendi joined ASAP and began connecting with other asylum-seeking mothers online. Wendi said, “I saw other women share their stories and give advice, and I learned from ASAP about all the policies that were changing for asylum seekers.”
In the summer of 2020, the Trump administration introduced new policies to make it nearly impossible for asylum seekers to work legally in the United States. These new policies were standing in Wendi’s way of getting her work permit.
With two small children to care for, including an infant born in the United States, Wendi felt anxious. She began to wonder how she could possibly focus on her asylum case when she had to figure out how to pay for rent, groceries, and basic necessities. Like Wendi, there were thousands of other asylum seekers struggling to support their families who needed to work legally.
Wendi was one of 5,000 ASAP members at the time, who decided together to sue the federal government and let asylum seekers work. But for the lawsuit to succeed, an ASAP member had to publicly share their story and submit a declaration with the court. Wendi was that member.
“I volunteered because I understood the importance of the lawsuit,” she said.
Wendi worked with ASAP attorneys to tell her story to the court and explain how these new restrictions left her without a path to safety and stability. The whole time, she said, she was worried about her family: “I’m a single mother. All I was thinking about was how to get resources to support my children. Where could I get money from if I couldn’t work?”
In September 2020, the judge in the CASA v. Mayorkas lawsuit decided that the Trump administration’s policies could move forward for everyone except members of ASAP or CASA de Maryland, one of ASAP’s partner organizations on the lawsuit. That decision meant Wendi could get her work permit!
“When I found out, I felt so happy,” said Wendi. “Not just for myself, but for all other parents and immigrants in the same situation. I understand how difficult it is not to be able to work and provide for your family.”
Once the word got out that asylum seekers could get their work permits if they joined ASAP, thousands of asylum seekers reached out saying they wanted to join. ASAP’s members decided that ASAP should admit as many asylum seekers as possible, even if it meant fewer resources for the original 5,000 members.
Today, Wendi has a work permit, a Social Security number, and a job that allows her to support her growing children. ASAP’s community has grown, since the lawsuit, to almost 350,000 asylum seekers, living in all 50 states, from nearly every country in the world. And thanks to the work Wendi and thousands of ASAP members did to make the CASA v. Mayorkas lawsuit successful, over 150,000 asylum seekers have been able to work legally and support their families.
“I feel so happy,” Wendi says. “Because I know that this effort was greater than just me.”
Aprenda Más Sobre Wendi: Miembro de ASAP
30 de junio de 2022
ENGLISH ABOVE. Wendi, una madre soltera de Guatemala quien pidió asilo, tuvo un papel clave en la demanda de ASAP llamada CASA v. Mayorkas que dejó que más de 150,000 solicitantes de asilo pudieran trabajar legalmente y obtener un número de Seguro Social. Tener un permiso de trabajo en los Estados Unidos le permite a uno obtener una licencia de conducir, seguro médico, y otros recursos críticos.
Cuando Wendi llegó a los Estados Unidos en el 2019, ella nos explicó: “Una amiga me dijo que me uniera a una de las comunidades virtuales de ASAP que ayudan a los solicitantes de asilo”. Siguiendo el consejo de su amiga, Wendi se unió a ASAP y comenzó a conocer a otras madres que también estaban en el proceso de solicitar asilo. Wendi nos dijo: “Vi a otras mujeres compartiendo sus historias y dando consejos en el grupo, y aprendí de ASAP sobre todas las políticas que estaban cambiando para los solicitantes de asilo”.
En el verano de 2020, la administración de Trump introdujo nuevas políticas que hicieron casi imposible que los solicitantes de asilo trabajen legalmente en los Estados Unidos. Estas nuevas políticas estaban dificultando el proceso para Wendi de obtener su permiso de trabajo
Con dos niños pequeños que cuidar, incluyendo un bebé nacido en los Estados Unidos, Wendi se sentía ansiosa. Ella no sabía cómo iba poder concentrarse en su caso de asilo cuando también tenía que concentrarse en cómo pagar su alquiler, la comida y las necesidades básicas. Al igual que Wendi, habian miles de solicitantes de asilo que luchaban por mantener a sus familias y que necesitaban trabajar legalmente.
Wendi era una de los 5,000 miembros de ASAP en ese momento, quienes decidieron juntas que iban a demandar al gobierno federal para detener a la administración de Trump y dejar trabajar a los solicitantes de asilo. Pero para que la demanda funcionara, un miembro de ASAP tenía que compartir públicamente su historia y presentar una declaración ante el tribunal. Wendi decidió ser ese miembro.
“Me ofrecí como voluntaria porque entendí la importancia de la demanda”, dijo Wendi.
Wendi trabajó con los abogados de ASAP y explicó cómo estas nuevas restricciones la habían dejado sin un camino hacia la seguridad y la estabilidad. Wendi nos contó que todo el tiempo ella se sentía preocupada por su familia: “Soy madre soltera. Todo lo que estaba pensando era en cómo obtener recursos para mantener a mis hijos. ¿De dónde iba a sacar dinero si no podía trabajar?”.
En septiembre de 2020, la jueza en la demanda CASA v. Mayorkas decidió que las políticas de la administración de Trump podían avanzar e impactar a todos menos los miembros de ASAP o CASA de Maryland, otra organización participando junto a ASAP en la demanda. ¡Esa decisión significó que Wendi podría obtener su permiso de trabajo!
“Cuando escuché la noticia, me sentí muy feliz”, dijo Wendi. “No solo para mí, sino para todos los demás padres e inmigrantes en la misma situación. Entiendo lo difícil que es no poder trabajar y mantener a su familia”.
Cuando otras personas escucharon la noticia de que los solicitantes de asilo podrían obtener sus permisos de trabajo si se unían a ASAP, miles de solicitantes de asilo pidieron unirse a ASAP. Los miembros de ASAP decidieron que ASAP debería admitir a tantos solicitantes de asilo como sea posible, incluso si eso significaba menos recursos para los 5000 miembros originales.
Hoy, Wendi tiene un permiso de trabajo, un número de Seguro Social y un trabajo que le permite mantener a sus hijos. La comunidad de ASAP ha crecido, desde la demanda, a casi 350.000 solicitantes de asilo, que viven en todos los 50 estados y territorios del país.
Y gracias al trabajo que Wendi y miles de miembros de ASAP hicieron para que la demanda CASA v. Mayorkas fuera exitosa, más de 150,000 solicitantes de asilo han podido trabajar legalmente y mantener a sus familias.
“Me siento tan feliz”, dice Wendi. “Porque sé que este esfuerzo fue más que solo yo”.