Cuatro meses después de negarse a conceder la apelación de Cristina y revertir su orden de deportación, la Junta de Apelaciones de Inmigración [the Board of Immigration Appeals (BIA)] revocó su decisión en respuesta a una moción de reconsideración. Llegar a que la BIA revoque su propia decisión no es un logro menor. Cristina había recibido una orden de deportación en primer lugar porque su abogado nunca presentó una solicitud de asilo en su nombre; su abogado simplemente aceptó una orden de deportación en su nombre sin pelear su caso.
Cristina se comunicó con el Proyecto de Apoyo para Solicitantes de Asilo (o ASAP por sus siglas en inglés) a través de nuestra comunidad privada en línea en septiembre de 2017, solo unos días antes de la fecha prevista para el registro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE, por sus siglas en inglés) porque temía ser deportada a El Salvador. Rápidamente movilizamos a nuestro equipo para presentar una apelación de emergencia de su orden de deportación, a pesar de que la fecha límite para apelar había pasado más de dos años antes.
Cuando la BIA negó la apelación, ASAP trabajó con un equipo de expertos legales para presentar una moción para reconsiderar, discutiendo que debido a la asesoría legal ineficaz que recibió Cristina, debería tener el derecho de preservar su capacidad de solicitar asilo.
En febrero, la BIA finalmente reconoció los méritos del reclamo de Cristina, revirtiendo su orden de deportación y dándole la oportunidad de pelear su caso en la Corte de Inmigración por primera vez.
Desafortunadamente, la situación de Cristina es demasiado común. La firma que la representó originalmente le cobró por servicios legales sin preparar su caso. Lo mismo es cierto para al menos cinco casos casi idénticos, en los que se le ha pedido a la BIA que acepte apelaciones presentadas tardíamente porque la misma empresa no representó a sus clientes. En uno de estos casos, la firma admitió que era “una póliza estricta … que las personas de los países centroamericanos generalmente no tenían una solicitud válida de asilo”. Mientras tanto, ASAP ha ganado numerosos casos de asilo para solicitantes de asilo centroamericanos en todo Estados Unidos.
Habiendo revocado la orden de deportación de Cristina, la BIA ha reconocido que está dispuesta a considerar apelaciones presentadas tarde en casos que involucren asistencia ineficaz de un abogado. ASAP espera que esta disposición dará como resultado la revocación de innumerables órdenes de deportación recibidas por los solicitantes de asilo sin culpa propia.
“La moraleja de esta historia”, dijo la abogada experta en inmigración Michelle Méndez, uno de los miembros de la junta de ASAP, “es que defender los derechos de los inmigrantes es un trabajo duro. Luchamos contra políticas inhumanas, líderes cobardes o abiertamente autoritarios, representantes codiciosos que llenan sus arcas con dinero privado de la prisión, opinión pública negativa, información errónea intencional y no intencional de los medios, notarios/ practicantes no autorizados de la ley, e incluso otros abogados que abandonan su deber de representar sus clientes vulnerables ardientemente. Pero cuando los defensores competentes y solidarios unen fuerzas, podemos hacer cualquier cosa”.
En ese sentido, ASAP agradece el apoyo y la asistencia brindada por los siguientes defensores en este caso: ¡Mayu Arimoto, Keith Farmer, Bradley Jenkins, Craig Katz, Laura Lichter, Kristin Macleod-Ball, Trina Realmuto, Lory Rosenberg, Katie Shephard, Elizabeth Singer, Varsha Subramiam, Shana Tabak y Ben Winograd!
Se puede encontrar una copia de la decisión no publicada de BIA aquí.