Hannah Duncan es voluntaria del Proyecto de Apoyo para Solicitantes de Asilo (o ASAP por sus siglas en inglés) y estudiante de la Facultad de Derecho de Yale. Hannah y otros estudiantes viajaron a San Antonio durante sus vacaciones de invierno para aplicar la capacitación y las habilidades adquiridas trabajando como voluntarios de ASAP, dando apoyo a los servicios legales para inmigrantes en alianza con la organización RAICES. Hannah publicó lo siguiente para compartir su experiencia.
Este enero pasado tuve el privilegio de participar en un viaje para apoyar los servicios legales y defensoría para inmigrantes en San Antonio, Texas. Junto con otros trece estudiantes de Derecho voluntarios de ASAP, colaboramos con RAICES, una organización sin fines de lucro que ofrece servicios a inmigrantes de bajos ingresos en Texas. Aprovechando nuestra experiencia con ASAP, realizamos trabajo voluntario en una amplia gama de proyectos legales y de servicio social, y trabajamos para inscribir a solicitantes de asilo de la estación de autobuses de San Antonio a la comunidad en línea de ASAP.
Siendo una de las organizadoras del viaje, me pasé la mayor parte de la semana conduciendo a los voluntarios de la oficina de ICE a la corte de inmigración y de una oficina a otra. A medida que recogía a los voluntarios, tuve la oportunidad de escuchar y aprender de las reacciones de otros estudiantes cuando procesaban encuentros con los oficiales de la ICE, documentaban violaciones a los procesos debidos en la corte de inmigración, y presenciaban la reunificación de familias en la estación de autobuses. He aquí algunas cuantas reflexiones que me parecieron más destacadas:
“Presenciamos cargos por inmigración ilegal presentados en contra de una bebé, vestida con un mameluco, con una colita de caballo minúscula sobre su cabeza, quien probablemente ni siquiera sabía a quién llamar ‘mamá’ o ‘papá’; y mucho menos conocía los términos ‘se le acusa,’ ‘deportación,’ o ‘ilegal.’” – Clarissa Kimmey, Facultad de Derecho de Yale, generación 2022
“Una de mis tareas favoritas era llamar a los familiares de personas detenidas para informarles que sus seres queridos serían liberados de la detención” – Fernando Quiroz, Facultad de Derecho de Yale, generación 2022
“Un día, me senté con dos diferentes jueces mientras llevaban a cabo audiencias de fianza. El primero concedió fianzas en todas las audiencias, pero el monto fluctuó entre $12,000 y $45,000 dólares. El segundo negó las fianzas a todas las personas salvo a una. Para muchas personas, la posibilidad de estar con sus familias dependió de si la audiencia había sido asignada a un juez más compasivo y de si podían darse el lujo de pagar el significativo monto adeudado por concepto de la fianza”. – Rachel Perler, Facultad de Derecho de Yale, generación 2022
Otra parte importante del viaje de los voluntarios fue participar en el programa de la estación de autobuses, que recibe a las familias liberadas de detención y ayuda a guiar a las personas a sus destinos finales. En la estación de autobuses, los voluntarios daban información a las familias sobre la comunidad en línea de ASAP. Cuando los solicitantes de asilo salen de Texas para dirigirse a ciudades dentro de los Estados Unidos, a menudo sin los recursos para navegar a través de las complejidades del sistema de inmigración, la comunidad en línea de ASAP les ofrece el apoyo necesario. Incluso, a medida que las nuevas políticas de inmigración aumentan las barreras para los solicitantes de asilo que intentan acceder a servicios legales, la comunidad en línea de ASAP ofrece un camino para obtener apoyo, atención y representación.
Para el fin de semana, era imposible ignorar las devastadoras consecuencias del régimen de detención de Trump: en donde una vez llegaban miles de familias inmigrantes a San Antonio en busca de protección y seguridad, presenciamos que solo un puñado de familias viajaban por la estación de autobuses. Aunque por décadas el sistema de inmigración de los EEUU ha tratado a las personas como nada más que “un número” o un conjunto de clasificaciones legales, las políticas de Trump representan el siguiente paso de un patrón y práctica de burocratización y degradación de la dignidad humana. Al rehusarse a confrontar (ya no digamos proteger) a las personas que huyen de la violencia y la persecución, estas políticas permiten al gobierno de Trump escudar al público estadounidense de la realidad del sufrimiento humano y la injusticia en la frontera.
Nuestro grupo salió de San Antonio, tanto furiosos de la magnitud de la crisis, como también fortalecidos. Regresamos a New Haven ansiosos por contribuir en cualquier forma que podamos.
– Hannah Duncan, Facultad de Derecho de Yale, generación 2021