Después de recibir la noticia sobre la victoria de su caso, Libia compartió sus reflexiones sobre el sistema migratorio: “Tenía una orden de deportación, pero ASAP la anuló. Trabajar con ASAP es una experiencia hermosa. Se tomaron el tiempo de entenderme y escuchar mi historia. Cuando me enteré de mi orden de deportación, mi amigo me dijo que me uniera a un centro comunitario online para pedir ayuda. Pensé que solo iba a recibir una respuesta a mi pregunta, pero no me imaginaba todo lo que ASAP iba a luchar por mi caso. He intentado pedir ayuda en otras organizaciones sin ánimo de lucro, pero me dijeron que no podían llevar mi caso. Cuando publiqué en el grupo, la abogada Liz me aseguró que me ayudarían a conseguir a alguien. Más gente me dijo que no podía ayudarme y eso me hizo sentir que había perdido todo lo que hice para llegar aquí. Al no poder encontrar a nadie, ASAP se hizo cargo de mi caso. Pensé que me dejarían sola y no sé como explicar con palabras cómo me siento por tener a ASAP. No me dejaron sola. Me han ayudado tanto”.
Libia escapó de la muerte a manos de su esposo en El Salvador. Cuando Libia y su esposo empezaron a salir juntos, él la pateó tan fuerte que perdió a su primer hijo. Poco después de que se casaran, su esposo se unió al MS-13 y se volvió aún más violento. Abusó sexualmente de ella y físicamente de ella y de su hija. Intentó estrangular a Libia en múltiples ocasiones y le dijo que la iba a matar. En definitiva, Libia sentía que la única manera de salvar su vida y la de su hija era huyendo de El Salvador.
Incluso después de huir de El Salvador, encontrar seguridad y estabilidad continuó siendo difícil para Libia y su hija. Al llegar a los Estados Unidos, Libia cayó en la trampa del compañero de trabajo de un amigo, David, que estuvo de acuerdo en ayudarla para conseguir su libertad. David le dió a Libia una dirección incorrecta para que la incluyera como su residencia y se negó a darle su dirección verdadera para poder informar a los agentes migratorios. Le dijo que solo iba a empeorar las cosas actualizando esta información. Puesto que David era su patrocinador, Libia tenía miedo de que si se enojaba con ella tomara represalias perjudicando su caso o causando su deportación.
Tras dos meses viviendo con David, Libia se fue a vivir con su amiga, aunque David le insistió para que mantuviese la misma dirección. Después de visitar una organización sin ánimo de lucro para conseguir ayuda, Libia se enteró de que había recibido una orden de deportación in absentia por haber faltado a una audiencia de la cual nunca recibió un aviso. Libia contactó a David inmediatamente para obtener una explicación, pero él declaró que nunca había recibido un aviso para la audiencia. En un intento de aprovecharse de la desesperación de Libia, David dijo que debía casarse con él para legalizar su situación en los Estados Unidos. Libia rechazó la oferta e intentó seguir luchando por su caso sola.
Después de una larga búsqueda, Libia pudo ponerse en contacto con el Proyecto de Apoyo para Solicitantes de Asilo (o ASAP por sus siglas en inglés) a través de nuestra comunidad online. ASAP llevó su caso y, recientemente, ayudó a Libia a ganar su moción para reabrir su caso de asilo. Ahora Libia puede seguir luchando por una oportunidad para vivir en los Estados Unidos con su hija, libre de violencia y con esperanza por un futuro mejor.